DECLARACIÓN DE INTENCIONES

El único objetivo de este espacio virtual es el de compartir experiencias reales, por irreales que parezcan, e incitar al pensamiento crítico desde el humor, para evitar caer en el suicidio colectivo de los compañeros de profesión.
Todos los comentarios vertidos aquí, aunque de distinta procedencia, son rigurosamente ciertos y han sido recogidos de las experiencias diarias de compañeros y amigos, como de las mías propias, si bien se han modificado nombres, fechas o cualquier referencia que les identifique para conservar su privacidad.

Espero que, como a mí, os sirva de terapia o símplemente os haga pasar un buen rato. ¡Nos leemos!

martes, 3 de mayo de 2011

LA "PEREZA" DEL COLOR

Hoy he dedicado un tiempo prudencial a esa labor tan necesaria como desalentadora que realizamos los docentes de vez en cuando para confirmar sobre el papel nuestras peores sospechas: corregir exámenes.

Ya sé que hoy en día es casi un acto de masoquismo, y que eso de meter el dedo en la llaga tiene tintes bíblicos... Pero es que uno sueña con que una mañana, más temprano que tarde, la generación NINI, aunque solo sea por el hastío que provoca no hacer ni interesarse por nada, se disipe como un pedo maloliente en el viento.

Hoy no era esa mañana. La generación de inútiles potenciales con vocación autodestructiva seguía allí, en las aulas, camuflada entre el alumnado con opciones de futuro. Mas no subestiméis demasiado pronto a esta subespecie de voluntad ligera, pues en la enseñanza TODOS estamos para aprender, y a menudo soy yo el que aprende más de ellos que ellos de mí.

Del color sabíamos muchas cosas: que tiene un fuerte poder expresivo y simbólico, que los artistas han hecho uso de él para comunicarse a través de sus obras, que es una sensación producida por la luz, que el de la tez humana no debería ser un problema a menos que tenga matices azules... pero hoy un alumno me ha brindado la posibilidad de atesorar una nueva cualidad del color, y más concretamente de la saturación, pues la saturación de un color está directamente relacionada con su PEREZA.

Al principio, en una primera lectura, me vi tentado a tachar semejante despropósito y a continuar corrigiendo el resto del despropósito. Pero una segunda lectura me abrió los ojos. Tal vez lo que yo pensé que era una simple errata, donde el alumno insertó una "e" en el lugar que debiera ocupar una "u" no se trataba de un hecho fortuíto, sino que el alumno nunca quiso referirse a la pureza de un color sino a otro rasgo que lo define que no es otro que su PEREZA. 

Inmediatamente me asaltaron innumerables dudas: ¿Acaso un color saturado no puede tildarse de color perezoso? Uno de los mayores atractivos de los colores, además de su mera contemplación, es el goce que produce el mezclarlos unos con otros y el extraordinario abanico de posibilidades que esa mezcolanza ofrece. Pero los colores, cuanto más saturados están, mayor PEREZA muestran ante esos menesteres. Los colores saturados son como más altivos, con sus ínfulas de grandeza, diseñados para la eternidad, nacidos para ser contemplados inalterables, haciendo gala de esa raza que les define y les impide mezclarse con cualquiera sin perder su estatus.

MAGENTA, CIAN Y AMARILLO son las estrellas del círculo cromático -y de las imprentas-. Puestas a desfilar para deleite y contemplación de los mortales jamás lo harían como las grandes estrellas de cine, sobre una "sucia" alfombra roja. Su divismo ha transitado por innumerables soportes marginales hasta acabar ocupando el estatus que se merecen: el papel cuché. ¿Quién lo iba a decir? La espuma de la obtusa paleta cromática ocupando puesto de honor para representar al resto de colores. Multitud de puntos de color, como un carnaval veneciano. Eso y no otra cosa son las impresiones por cuatricromía. Un mosaico puntillista donde los colores se superponen o solo se juntan sin llegar a tocarse, ¡pero nunca se mezclan!, por pura PEREZA y por una cuestión de principios.

Aunque claro, también comparten plano con ese intruso del NEGRO en el papel cuché. Pero qué importa eso... si cuando hablamos del NEGRO ya se sabe: NO HAY COLOR.

2 comentarios:

  1. SIN PALABRAS....AQUI ESTOY RIÉNDOME CON MI COMPAÑERA PILAR DESPUÉS DE HABER LEÍDO TU ESCRITO....NO TENEMOS PEREZA ALGUNA EN NUESTROS ROSTROS PERO SI UN COLOR SONROJADO EN LAS MEJILLAS....A SUS PIES GENUFLEXOS.....

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  2. Impresionante. Una verdad comoo un templo. Como dicen en toda la zona escolar que baja de Crevillente: MAEHTRO!!!!

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