Cuando en la escuela se nos decía que dos términos tan dispares como el tocino y la velocidad NO tenían nada que ver, lo aceptábamos de buen grado, preguntándonos secretamente qué extraño vínculo podría llegar a unirles. Esa misma pregunta se debe estar haciendo el lector de este blog -lectores, según me consta, a los que envío un cariñoso saludo- tratando de relacionar al filósofo griego con los otros dos accidentes, nuclear y televisivo. ¡No te rebanes los sesos, querido lector! La respuesta está en la P.A.U.
En efecto, este año, para asombro del personal, propio y ajeno, las Pruebas de Acceso a la Universidad que conocimos como Selectividad han hecho un alarde de "selección" incluyendo en la prueba de Lengua Castellana a la princesa del pueblo.
Si bien la primera reacción puede ser de sorpresa o perplejidad, no debiera asombrarnos que en lugar de escoger textos tan manidos como "En un lugar de la mancha..." hayan preferido referirse a un personaje popular "...de cuyo nombre no quiero acordarme". Y no a uno solo. ¡Hay muchos más! El mismo artículo nombra a Quico Ribera Pantoja o Torrente como ingredientes de un comentario de texto que servirá para dirimir si nuestro alumnado está capacitado o no para acceder a la universidad.
Si ya lo hicieron antaño con versos como "Caminante no hay camino, se hace camino al andar", ¿por qué no sustituir a Machado por algún personaje más contemporáneo, cercano a los gustos de los españoles, y aludir mentalmente a su más conocida consigna -"¿Nos hacemos unas pajillas?" -de camino?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario